jueves, 21 de octubre de 2010

Cogito Ergo Sum

René Descartes fue un filósofo francés del siglo XVII; este filósofo se encontraba en momentos de apogeo, debido a ser una época de guerra por parte de la religión y además la influencia de popularidad de algunos filósofos escépticos antiguos como el Sexto Empírico (nace a finales del siglo II; muere a principios del siglo III, médico y filósofo griego, es uno de los más importantes representantes del escepticismo pirroniano).

Él estudio por varios años el método aristotélico y aclara que “Es completamente inútil para los que desean investigar la verdad de las cosas”, debido a ello se coloca en plena búsqueda de un nuevo método. Descartes se plantea el “método del discurso” el cual tiene como objetivo combatir el escepticismo y lograr desarrollar el conocimiento humano utilizando una buena base. En busca de este método él utiliza la duda sistemática la cual rechaza toda certeza que presente cualquier duda inclusive la más mínima.

El discurso del método se dispone tres ensayos científicos; en la primera parte aclara que “no es suficiente tener buen ingenio si no lo practicas correctamente, para esto es necesario poseer un buen método para acrecentar progresivamente los conocimientos”; de hecho nosotros como seres humanos frecuentamos diversos errores.

En su segunda parte hace un repaso de las diversas ciencias que él estudio las cuales en un principio apoyaba pero tan solo para seguidamente apuntar todos los fallos metodológicos de cada una, la única que se salva es la matemática debido a que este posee un buen método a base de una variedad de demostraciones, aunque si aclara que no es de gran utilidad. Trata de no buscar en otra ciencia lo que puede buscar en si mismo; dedicando el resto de su juventud a viajar y colectar nuevas experiencias prefiriendo ser mas espectador que actor.

Mediante esto busca borrar todo aprendizaje de su mente, librándola de prejuicios por la moda; pero mantiene la parte en la que no debemos dominar al resto de las personas que cada quien sea dueño de su propio camino.

Descartes gracias a su método se da cuenta de que no se debe admitir cosa alguna como certeza sin haberla comprobado antes, evitar con todo cuidado las precipitaciones, y que se admita cuando nuestro espíritu no proclama motivo para ponerlo en duda. Existen momentos en los que nos precipitamos a decir las cosas y luego nos arrepentimos, hay es donde nos dicen que “no lo pensaste”.

Se propone a rechazar como verdadero todo aquello en lo que se tuviera la menor duda de este modo llego al Cogito Ergo Sum que es una traducción del planteamiento original en francés “Je pensé, donse je suis” y significa “pienso luego existo”. La idea en la cual no cabe duda alguna y se establece como primer principio de su filosofía.

Desde varios puntos de vista se puede decir que de todo puede tenerse duda alguna, entonces ¿nada será cierto? Pero Descartes presenta un punto que aclara este detalle diciendo estas palabras “Hay una persona que está pensando que todo es falso y si piensa que todo es falso quiere decir que existe y sobre existencia es imposible dudar” y “la existencia del propio yo como base incuestionable de todo acto de conocimiento”. Es posible imaginarse la perfección y al seguir la filosofía platónica el tener esas ideas se debe a que halla implantado en su mente un ser perfecto (Dios).

Al llegar a este punto se da cuenta que prácticamente se puede dudar de todo debido a que nos confiamos mucho de los sentidos y estos en diversas ocasiones logran producir ilusiones ocasionadas por nuestro cerebros, y nos convertimos en presa fácil para estos, como también es imposible distinguir la vigilia de un sueño; estas situaciones Descartes la plantea como “el engaño de una divinidad maligna”. Nos podemos dar cuenta de estas situaciones cuándo al meter un palo en un pozo de agua el palo parece doblado o inclusive roto, cuando vemos el horizonte pensamos ver el final del mar o ver que se uniera con el cielo.